Erase una vez y mentira no es, un pirata que era un poco tonto pero muy bueno que empezó a subirse a un árbol que estaba cerca de la ventana donde estaba encerrada la reina .Empezó a atar ramas a la ventana. Su gato se hacía el perezoso para no ayudarle. Con la fuerza del pirata tiró de las ramas y arrancó la reja de la ventana. La reina pudo salir de la habitación con ayuda del pirata por el árbol. Se fueron de la isla y se hicieron muy buenos amigos. Y se acabó este cuento con pan y pimiento y todos contentos. María Amilburu
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